Las cenizas y el impacto medioambiental

Arrojar cenizas en plena naturaleza puede tener un impacto negativo en la biodiversidad de la zona.

Cuando un ser querido fallece se deben tomar ciertas decisiones importantes, entre ellas, el tipo de ceremonia de despedida que quería el difunto. En este sentido cada vez más gente opta por la incineración, un servicio en auge. A resultas de este proceso se obtienen las cenizas del ser querido. A partir de aquí, muchas familias deciden guardarlas, pero muchas otras optan por arrojarlas en algún lugar representativo y significativo para la persona fallecida.

¿Este acto es legal? ¿Qué impacto tiene en el medio ambiente arrojar las cenizas en un río, en la montaña o en el mar?

El marco legal

La ley española establece que las cenizas pueden ser esparcidas en lugares públicos, siempre que no representen un peligro para la salud pública ni transgredan la normativa ambiental local.

En España existe el Decreto 2263/1974 del 20 de julio que regula la Policía Mortuoria en España. En él se establece que las cenizas resultantes de la cremación deben ser colocadas en urnas apropiadas y entregadas a la familia para su posterior disposición, como esparcirlas al aire libre.

No obstante, también especifica que las cenizas no se pueden lanzar en zonas públicas, sino que debe hacerse en lugares autorizados para evitar daños al medioambiente. Llegado el caso en que, por ejemplo, se quisieran esparcir los restos en el mar, deberíamos pedir autorización a la Dirección General de la Marina Mercante.

No cumplir con la normativa vigente puede ser sancionado con multas de hasta 60.000 euros, pudiendo llegar hasta los 300.000 euros en caso de reincidencia.

El impacto medioambiental

En 2023 hubo es España cerca de 210.000 incineraciones (el 47,78%) con una tendencia al alza en los últimos años.

Al producirse una incineración se emiten óxidos de carbono, dioxinas y otros agentes contaminantes. En la Unión Europea se producen entre 2,8 y 3,7 Tn de mercurio al año por esta actividad. Según una investigación británica, se calcula que el 16% de la contaminación del aire se debe a este método funerario.

España es el país europeo con más hornos crematorios de Europa, 385 según la Fundación Tierra. Lasa cenizas resultantes de una cremación contienen compuestos que, en concentraciones elevadas, pueden impactar negativamente en el suelo, las aguas y la biodiversidad.

Según Urnas Funerarias, especialistas en urnas para difuntos, la cantidad media de cenizas que quedan después de la incineración de un adulto es aproximadamente de 3 a 3,5 litros, aunque dependerá del tipo de ataúd y de las características óseas del fallecido.

Lo más recomendable, según la plataforma Reduce, Reutiliza, Recicla de Ecoembes, es utilizar urnas biodegradables homologadas. Eso favorecerá la degradación con el tiempo evitando la contaminación ambiental.

Opciones ecológicas

Existe una opción innovadora para esparcir las cenizas como son los bosques de cenizas, espacios habilitados para dejar las cenizas de forma legal creando un bosque de forma natural. Un ejemplo de estos bosques lo encontramos en Sant Tomàs de Fluvià, en Girona. Se trata de una finca de 6ha de bosque que se han convertido en el primer cementerio legal para deposición de cenizas.


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